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Hoy es uno de esos días que estas feliz, que nadie te puede amargar. No hay un motivo concreto, simplemente han ocurrido una serie de sucesos en el momento justo y en el lugar indicado. No importa que llueva y que los charcos ocupen tu ciudad. Hoy vives en tu propio mundo, donde casi todo es perfecto. Casi todo, tu no, tu no eres perfecta. Lo sabes. Pero ¿y eso que importa? Si fueras perfecta no valdría la pena vivir para intentar superarse. No tendrías nunca esa sensación que te ocurre cuando por fin consigues lo que quieres, sonríes. La imperfección es una de las cosas que nos hacen felices.

me mira lo miro

Me mira. Lo miro. Ambos reímos. Es algo común en nosotros. Nos reímos cada segundo. Quizás no reír a carcajadas, pero siempre que nos miramos de reojo, cuando nuestras miradas se cruzan, una sonrisa se asoma de entre sus labios, lo que hace que yo sonría también. Siempre igual. Hablamos, la mitad de veces no decimos más que tonterías, pero siempre acabamos riendo. Cuando permanecemos en silencio, es lo mejor, porque seguimos mirándonos y sonriendo. Y jamás, lo sé, jamás nadie me contagiará una sonrisa tan fácilmente como lo hace él, porque él es diferente, él es único, me hace reír tanto con sus palabras como con su silencio, y eso no es capaz de hacerlo cualquiera.
¿Por qué? Porque lo quiero. Y no hace falta que diga nada, con una simple mirada lo dice todo